martes, 28 de diciembre de 2010

Una pequeña entrada banal de Navidad.

Estoy en mi casa tras una semana haciendo actos sociales con mi familia... Mucha de la que hasta ahora no conocía En pijama y escuchando música Hoy no voy a hablar de ningún tema importante. Voy a ser banal y simplemente, voy a escribir.
Las navidades son una época que, por un lado, se supone que son para estar con la familia, ser felices, y demás cosas. Y sin embargo, la actualidad se esta quejando cada vez mas de que parece que esta fiesta sea poco mas que un producto mas de El Corte Ingles. Ahora la gente se gasta sus ahorros en comprarle juguetes a los niños, irse de viaje a ver a los parientes de Madagascar o pagar una cena para doscientas personas a las que solo ves una vez al año.

Yo sin embargo, me pongo los cascos, saco el móvil y me voy a twitter. Según he ido creciendo me han ido causando una mayor indiferencia. Son vacaciones, y una época para estar tranquilo. Y feliz, oye. Porque, a pesar de las patadas que te de la vida, los pisotones que te des a ti mismo, o las piedras que te den, las navidades siempre me transmiten tranquilidad. Seguramente sera porque voy a lo mio. No me importa si hay cenas, reuniones, eventos, 12 uvas, un cambio de año, un tronco, un gordo o tres camellos que piden agua. Son solo actos formales que están ahí, y dudo que me pase nada por asistir.

La verdad, este año es posible que no me caiga mucho regalo físico Quizás un par de componentes para el pc, que me vendrían bien. Nada así especial, pero que mas da si tienes tiempo para salir y estar con tus colegas, hablar con las personas que quieres, y pasártelo bien. Olvidarte del curro o las clases hasta que vuelvas a la rutina de siempre y en general ser feliz. Si, joder, ser feliz. Porque aunque el capitalismo haya convertido los días de nieve y arbolillos en un producto mas a su merced, no significa que no puedas hacer lo que se supone que significan estas fechas, por lo menos para mi.

Por toda esta parrafada sin demasiado sentido, y olvidándome de los regalos, de la religión, de las cenas y comidas, y todas esas tonterías, os deseo una feliz navidad. Unos días de mayor felicidad, en los que cueste no sacar una sonrisa. Unos días para bailar, reír y olvidar un poco la realidad. ¡Que nunca viene mal!

A todo esto, ya llevo un par de meses con esto de la blogosfera, y creo que es tiempo de ser sincero a mis lectores. Este blog lo empece como una estupidez. Quería superar a mi madre. Para el que no lo sepa, mi madre es Vihernes (http://losvihernesdelola.blogspot.com/), y empezó con su blog hace ya bastante. En ese tiempo, yo estuve diciendo que, si empezara un blog, podría hacerlo mucho mejor que ella, y que la superaría fácilmente Sin embargo, soy un chaval vago, y he tardado como medio año en empezar con esto. Ni siquiera sabia de que iba a hablar, que publico querría atraer, ni como hacerlo. Sin embargo, empece a escribir, y me di cuenta de lo que mola hacerlo. Miro todos los días para ver quien me ha leído Si tengo un comentario, si alguien ha descubierto mi blog y me empieza a leer, porque le gusta. Son cosas que me gustan, que añaden diversión a mi día a día Y, ¿sabes que? Me encanta pensar que cuando la gente lee mi blog y piense que tengo 17 años, digan algo como “joder, ya me gustaría que mi hijo saliera así”. El ego que tengo es tremendo, espero me lo perdonéis

Bueno, voy a terminar ya con la entrada banal del año. El año que viene otra mas y mejor. De momento os dejo con Jamiroquai, que los he estado escuchando mientras escribía, y me encantan.


Ah, por cierto. Lo he dicho un par de veces ya, pero esta es la de verdad. En la próxima entrada, prometo hablar de mi tema favorito. La música.

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